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¿Vale la pena esforzarse? ¿Cómo se ven los retos?

MENTALIDAD DE CRECIMIENTO

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Las personas que muestran una mentalidad de crecimiento creen que se poseen unas cualidades básicas, pero que pueden cultivarlas por medio del esfuerzo. Para la mentalidad de crecimiento es inconcebible tener un objetivo y no dar los pasos necesarios para conseguirlo. Según Dweck (2019) “La característica principal de la mentalidad de crecimiento es la pasión por los retos, la búsqueda de la autosuperación, incluso (y especialmente) cuando las cosas no van bien” (pág. 16)

Las personas que muestran una mentalidad de crecimiento creen que se poseen unas cualidades básicas, pero que pueden cultivarlas por medio del esfuerzo. Para la mentalidad de crecimiento es inconcebible tener un objetivo y no dar los pasos necesarios para conseguirlo. Según Dweck (2019) “La característica principal de la mentalidad de crecimiento es la pasión por los retos, la búsqueda de la autosuperación, incluso (y especialmente) cuando las cosas no van bien” (p. 16).

Cuando se actúa des de una mentalidad fija se consigue menos de lo que el propio potencial llega a permitir, al pensar que hay un límite de inteligencia y se pueden cometer errores. En cambio, actuando des de una mentalidad de crecimiento se pueden superar las propias expectativas, alcanzando retos que en un principio ni se imaginaban.

Cuando se actúa des de una mentalidad fija se consigue menos de lo que el propio potencial llega a permitir, al pensar que hay un límite de inteligencia y se pueden cometer errores. En cambio, actuando des de una mentalidad de crecimiento se pueden superar las propias expectativas, alcanzando retos que en un principio ni se imaginaban.

Según Moser et al. (2011) en un estudio dónde se medía la actividad eléctrica cerebral de los alumnos enfrentándose a nuevas tareas se encontraron claras diferencias según el tipo de mentalidad que predominase. Aquellos que tenían mentalidad fija, como huían del error, prácticamente no mostraron actividad eléctrica ante los nuevos retos, en comparación a aquellos que tenían una mentalidad de crecimiento que les hacía perseverar, analizar el error y buscar formas de mejorarlo.

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A la izquierda se puede apreciar una mínima actividad eléctrica (mentalidad fija) frente a una gran actividad eléctrica a la derecha (mentalidad de crecimiento). Recuperado de: https://escuelaconcerebro.wordpress.com/2015/02/12/mentalidad-de-crecimiento-la-mejora-siempre-es-posible/

Según Moser et al. (2011) en un estudio dónde se medía la actividad eléctrica cerebral de los alumnos enfrentándose a nuevas tareas se encontraron claras diferencias según el tipo de mentalidad que predominase. Aquellos que tenían mentalidad fija, como huían del error, prácticamente no mostraron actividad eléctrica ante los nuevos retos, en comparación a aquellos que tenían una mentalidad de crecimiento que les hacía perseverar, analizar el error y buscar formas de mejorarlo.

Según Moser et al. (2011) en un estudio dónde se medía la actividad eléctrica cerebral de los alumnos enfrentándose a nuevas tareas se encontraron claras diferencias según el tipo de mentalidad que predominase. Aquellos que tenían mentalidad fija, como huían del error, prácticamente no mostraron actividad eléctrica ante los nuevos retos, en comparación a aquellos que tenían una mentalidad de crecimiento que les hacía perseverar, analizar el error y buscar formas de mejorarlo.

¿Esto quiere decir que las personas con mentalidad de crecimiento no se frustran a veces cuando las cosas no van bien?

Enfadarse, frustrarse, estar triste, etc. no depende de tener una mentalidad u otra.

Delante de percepciones desagradables, no podemos evitar que se active la amígdala (una estructura situada en la parte interna del lóbulo temporal medial del cerebro que se trata del principal núcleo de control de las emociones), pero sí que se pueden gestionar las emociones negativas dando una respuesta u otra a través del córtex prefrontal.

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Tal y como plantea Dweck (2019):

       Delante de una mala noticia nadie se pone a dar saltos de alegría. Sin embargo, las personas con

       mentalidad de crecimiento no se ponen etiquetas a sí mismas, ni se echan las manos a la cabeza

       dramáticamente. Aunque se pueden sentir molestas, están preparadas para asumir los riesgos, para

       entrentarse a los retos y para seguir trabajando en ellos. (p. 18)

​© 2019 Creado por JÚLIA OLLÉ LLOP

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