Conclusiones
Después de realizar este trabajo sobre mentalidades, en primer lugar, considero que he sido capaz de dar respuesta a mi primer reto “profundizar en el tema de las mentalidades, viendo cómo influye el tipo de mentalidad que predomina en una persona a la hora de aprender”. Principalmente, gracias a la autora Carol S. Dweck, me he centrado en dos tipos de mentalidades que son clave en el ámbito educativo: la fija y la de crecimiento.
Todo el mundo tiene tanto una como la otra, pero depende de cada persona escoger cuál quiere que predomine para afrontar la vida. ¿Y por qué digo que son clave para la educación? Porque tan solo con conocerlas el proceso de aprendizaje puede variar considerablemente, ya que se puede ser más consciente del tipo de mentalidad que se tiene en cada momento y así tener la posibilidad de cambiar.

Por un lado, como se ha podido comprobar, aquellos/as alumnos/as que muestren una mentalidad fija sentirán que tienen éxito a la hora de aprender cuando se sientan más dotados que los/las demás compañeros/as y, por lo contrario, habrán fracasado cuando no sepan hacer algo o cuando se equivoquen. Creerán que delante de un reto no vale la pena esforzarse, ya que concebirán que su inteligencia esta predeterminada, que quizás no tengan talento y, por lo tanto, que no pueden hacer nada para cambiar. A la vez, delante de una crítica constructiva no sabrán cómo aprovecharla para mejorar, al contrario, la evitaran y/o les afectara la autoestima.
En cambio, aquellos/as alumno/as que muestren una mentalidad de crecimiento sentirán que tienen éxito cada vez que consigan superarse a sí mismos y el fracaso cuando sientan que no desarrollan todo su potencial. Se enfrentaran a los retos y perseveraran en ellos, ya que sabrán que les permitirá mejorar. Y cuando reciban una crítica constructiva la tomaran para tener en cuenta lo que necesitan trabajar.
Así pues, el tipo de mentalidad que predomine en una persona condiciona mucho y de muchas maneras su aprendizaje.

De esta manera, delante del modelo de sociedad que considero que trata de construir la educación, educar en la mentalidad de crecimiento es fundamental. Es decir, formar personas capaces de convivir y cooperar, afrontando los nuevos retos que aparecen cada día, capaces de aprender de la crítica y de los errores, tengan ganas de esforzarse y perseverar para conseguir los objetivos que se propongan para seguir mejorando como individuos y como sociedad. Pero… ¿De qué manera se podría implementar?
A partir de esta pregunta me plantee un segundo reto “detectar el tipo de mentalidad que predominaba en docentes y discentes de una escuela y, en consecuencia, ofrecer estrategias para desarrollar/potenciar una mentalidad de crecimiento en el aula”. Para detectar el tipo de mentalidad elaboré dos encuestas que me permitieron obtener, en la mayor parte de preguntas, información de gran utilidad, la cual plasmé en tablas y gráficos. Pude concluir que tanto en los docentes como en los discentes de esa escuela destacaba ligeramente la mentalidad de crecimiento, aun así casi el mismo porcentaje de respuestas hacían referencia a la mentalidad fija. De esta manera, recopilé un conjunto de estrategias para proporcionar en esa escuela y, a la vez, que fueran aplicables en muchas otras, como por ejemplo buenas preguntas para reflexionar sobre los propios aprendizajes o ejemplos de qué elogios son adecuados y cuáles no para favorecer una mentalidad de crecimiento.
Me gustaría señalar que estoy muy satisfecha con la realización de este trabajo. No obstante, rigiéndome por una mentalidad de crecimiento, considero que siempre se puede seguir mejorando. Por ejemplo:
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Si tuviera que volver a pasar la encuesta de los/las alumnos/as, la modificaría, concretamente la pregunta 3, para que no diese lugar a confusiones.
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Me habría gustado aplicar alguna de las estrategias propuestas en la escuela que he analizado.
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Podría haber utilizado más instrumentos para obtener información, ya que con las encuestas solo puedo tener información respecto a la propia percepción. De esta manera, para poder hacer una detección más detallada y realista de las prácticas educativas que llevan a cabo en el aula podría contrastar la información que nos ofrecen con, por ejemplo, una observación directa.
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Se podría haber escogido una muestra más grande y analizar otros temas como ver si en función del género predomina más una mentalidad que otra .
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También hubiera sido interesante ver de qué manera la mentalidad que muestra un docente condiciona la mentalidad de sus alumnos/as o realizar encuestas para las familias y ver si se correspondía con sus hijos/as.
Considero que la realización de este trabajo me ha permitido adquirir habilidades para identificar rápidamente en comentarios y/o acciones cotidianas el tipo de mentalidad que las caracteriza y de esta manera reflexionar y actuar en consecuencia, tanto a nivel personal como con personas cercanas a mí, teniendo una buena base teórica para fundamentar mis acciones. También me ha permitido elaborar recursos que pienso que me podrán ser útiles en mi futura profesión como maestra, ya que, por un lado, ahora tengo al alcance encuestas para detectar el tipo de mentalidad que predomina en el alumnado y así poder actuar en consecuencia a través de las diferentes estrategias y, por otro lado, soy más consciente del modelo de maestra que quiero ser.
“El cambio puede ser duro, pero no le he oído decir nunca a nadie que no valiese la pena” (Dweck, 2019)