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Conocer más acerca del cerebro
Simplemente con conocer los dos tipos de mentalidades y saber que el cerebro es plástico ya se puede empezar a pensar y a reaccionar de manera diferente. Por un lado, permite evidenciar que nunca es tarde para descubrir algo nuevo y, por otro lado, se puede ser más consciente de los momentos en los que se tiene una mentalidad fija y así pasarse a la de crecimiento.
Hay muchas personas que saben hacer algo bien de manera natural, pero eso no quiere decir que otras personas que tengan motivación y un aprendizaje adecuado puedan llegar al mismo punto.
Según Dweck (2019) “Cuando enseñamos a la gente la mentalidad de crecimiento, enfocada en el desarrollo, inmediatamente surge una actitud positiva hacia el reto y el esfuerzo” (p. 19) y “Simplemente aprender sobre la mentalidad de crecimiento puede provocar un gran cambio en la forma en que la persona piensa de sí misma y de su vida” (p. 260)

Además, también es importante aprender a cuidar el cerebro para poder conseguir un máximo rendimiento. Tal y como expone Guillén (2017) en su libro, se tiene que dar importancia a:

DORMIR. Constituye una necesidad biológica, provocada activamente por nuestro cerebro, que tiene una gran incidencia en la memoria y el aprendizaje. Muchos estudios demuestran la importancia del sueño cuando se produce después del aprendizaje, por eso se debe dar importancia, por ejemplo, a repasar los contenidos estudiados durante la vigilia antes de acostarse. Además, es muy beneficioso para desarrollar el pensamiento divergente, lo cuál permite resolver con más facilidad los problemas.
“El sueño es el precio que ha de pagar el cerebro para mantener su plasticidad” (Tononi y Cirelli, 2014)

HACER EJERCICIO. La neurociencia ha demostrado que el ejercicio regular puede modificar el entorno químico y neuronal que favorece el aprendizaje, por lo tanto, los beneficios son también cognitivos, lo cuál puede darse a cualquier edad. Por ejemplo, gracias a hacer ejercicio regularmente se mejora la plasticidad sináptica y augmenta la vascularización cerebral y los niveles de neurotransmisores básicos imprescindibles para que pueda darse un aprendizaje eficiente.

BEBER AGUA Y COMER BIEN.
Si no nos hidratamos bien, podemos perjudicar nuestras capacidades cognitivas asociadas con la memoria a corto plazo, la percepción espacial y el estado de ánimo, sobretodo en niños/as y personas de edad avanzada.
Además, una buena nutrición es esencial, especialmente, en los primeros años de vida, sobretodo los alimentos ricos en proteínas, ya que intervienen en el desarrollo neuronal.
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